5 ideas que deberías saber sobre la iluminación circadiana
MULTIMEDIA nos presenta esta compilación de textos que ilustran la importancia de la iluminación circadiana y cómo debería ser asunto de primera importancia en el diseño de viviendas y de espacios de trabajo.
1. El diseño centrado en el ser humano
Existe una corriente de diseño que se enfoca en el ser humano con centro y como propósito de toda creación, según IDEO: Es un proceso que comienza con las personas para las que está diseñando y termina con nuevas soluciones diseñadas específicamente para satisfacer sus necesidades.
A diferencia de del diseño de productos digitales, otra de las tendencias en boga de la cual Interaction Design Foundation dice: El diseño de productos es el proceso que utilizan los diseñadores para combinar las necesidades del usuario con los objetivos comerciales para ayudar a las marcas a crear productos consistentemente exitosos.
Así, el diseño de iluminación debería responder inicialmente al bienestar y luego a las necesidades de un grupo de trabajo o de una familia.
2. La luz que estimula el cuerpo y las emociones, no sólo los ojos
El ritmo circadiano es el ritmo biológico diurno (diario) de los organismos vivos. Comprende comportamientos y procesos del cuerpo que se repiten regularmente a lo largo de un ciclo de unas 24 horas. Los ritmos circadianos forman parte de nuestros relojes biológicos.
Luego habría que apuntar lo que conocemos como iluminación circadiana, la cual resulta la iluminación que influye en una respuesta fisiológica no visual dentro del cuerpo humano. Más a detalle podemos señalar que el área del cerebro llamada hipotálamo controla el ritmo circadiano de cada persona recibiendo señales de los ojos que informan de cuándo es de día y de noche. El hipotálamo, a su vez, controla la cantidad de melatonina que se libera para correlacionar la somnolencia con la oscuridad y el estado de alerta con la luminosidad.
Nuestro reloj corporal se ajusta a las fluctuaciones de luz durante el día, desde la madrugada, la salida y la puesta del sol, hasta la penumbra del anochecer. Pero además se adapta a las variaciones estacionales como los días largos en verano y los días cortos en invierno, o a otros factores como la niebla, la lluvia o la nubosidad. Los diversos tipos de luz afectan la supresión o la generación de melatonina que regula nuestro sueño.
De manera natural y aunque nuestros ojos no la puedan ver, todos los días existe una enorme variación en la intensidad y en la temperatura de color. Así en las mañanas, el astro rey nos entrega una luz brillante y rica en “azul” a primera hora, esa es la alerta cuando despertamos, luego conforme avanza la luz va siendo más y más cálida y va reduciendo su brillo, lo que invita al cuerpo a descansar. La exposición a la la luz “fría” o azul por la noche puede generar desvelos o una desestabilización al siguiente día.